viernes, 16 de diciembre de 2011

En la noche de los tiempos III

La migración

Tras los terribles hechos que sin duda acaecieron en el refugio mientras ellos estaban fuera dedicados a la caza, el pequeño grupo que restaba de aquel otrora numeroso clan, estaba obligado a tomar una decisión.
Eran pocos, y quizás pudieran sobrevivir allí, en los territorios en los que siempre habían vivido, pero permanecer en aquel refugio sobrecogía el ánimo de todos. Cuando partieron en busca de caza, lo hicieron como el jefe propuso. Era una buena idea que cada cazador llevara a su compañera, pero los hijos habían quedado allí, al cuidado del clan y ahora no había nadie y nada parecía ser suficiente para mitigar las ausencias, sobre todo la de los más pequeños que llenaban la caverna de risas y gritos.
Por otro lado, aunque eran pocos, la caza seguía escaseando, mientras que en el norte, allí de donde ahora venían, seguía siendo abundante. No les costó decidirse. Después de unos días de descanso y de cumplimentar en los pocos restos encontrados en el fondo de la gruta, junto al oscuro abismo que allí se abría, un pequeño ritual con la esperanza de que sirviera a todos los fallecidos en el tránsito hacia el mundo de los espíritus, partirían de nuevo hacia el norte.
Las provisiones que traían les bastarían para hacer el camino sin prisas y lo acumulado en la zona de caza bajo un gran montón de rocas, les permitiría buscar con calma un refugio apropiado. Alguna de las hembras daba señales de estar preñada, pero había tiempo. El más audaz de los cazadores, aquel que sin que nadie lo cuestionara y casi de manera natural había asumido la responsabilidad de dirigir el grupo, tenía claro donde se asentaría, había visto durante el tiempo que estuvieron cazando un lugar bajo un acantilado desde donde se veían las grandes aguas de las que hablaban los viejos, que prometía refugio y comodidad para el pequeño clan que ahora eran y que ya estaba en proceso de ampliación.
Volverían a escuchar risas infantiles y sus espíritus recuperarían la paz perdida

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