miércoles, 30 de noviembre de 2011

El bosque imaginado

Aunque no escondido



No lo vemos pero lo intuimos, encontramos señales de su cercana presencia y de su colorido otoñal en esos destellos rojos de las hojas sobre las rocas.
También adivinar de qué bosque se trata, aunque el lugar ya nos será más difícil. Pequeño paraíso, modesto, sin grandilocuencias pero con detalles de gran belleza que podremos disfrutar casi en soledad o mejor si es en compañía deseada.
Otoño, lloviendo a ratos, el silencio que se apodera del lugar y solo es ¿roto? por el murmullo del agua en su suave discurrir y en los pequeños saltos que jalonan el cauce del río y muy de vez en cuando el sordo sonido de un vehículo que transita por la cercana carretera comarcal de tercer orden y que nos hace recordar que realmente no estamos  tan lejos de la civilización, aunque eso si, en un entorno privilegiado.
Dejaré que sigáis imaginando el bosque y que os quedéis con la intriga del lugar, voy a ser egoísta por una vez y no me importará que no lo entendáis o que os parezca mal

No hay comentarios:

Publicar un comentario